Marcella Althaus-Reid
(1952-2009)
Marcella Althaus-Reid fue una gran teóloga queer cuyos libros incluyen Teología Indecente (2000) y El Dios Queer (2003). Nacida en Argentina, se convirtió doblemente en la primera profesora de teología en toda Escocia y la primera mujer designada en una cátedra de teología en la Facultad de Teología de la Universidad de Edimburgo, Escocia, en 2006. Mantuvo ese puesto hasta que murió — a los 56 años de edad — el 20 de febrero de 2009, hace seis años. He aquí una reflexión sobre su vida y obra de un docente e investigador que la conocía personalmente.
Marcella Althaus-Reid
Santa de una espiritualidad sexualmente encarnada
Santa de una espiritualidad sexualmente encarnada
Por Hugo Córdova Quero
Es difícil hablar de personas que han partido recientemente de esta vida como “santas” y “santos”. Generalmente, la idea popular es que alguien que es considerada/o santa/o vivió muchos siglos en el pasado. Hay una necesidad de “normalizar” y de “esterilizar” sus vidas a fin de que sean casi “perfectas”, y la distancia temporal logra este efecto. Si esta es la regla por la que la vida y obra de Marcella Althaus-Reid debe ser medida, entonces nos encontramos frente a alguien que difícilmente pueda ser colocada dentro de tal armario. Si hay algo que Marcella hizo en su vida fue salir de los armarios que tanto la cultura y la sociedad como la religion y la teología nos han impuesto a través de siglos de historia del Cristianismo.
Sin embargo, hay otro tipo de “santidad”, que no se rige por la perfección sino por su opuesto, es decir, la imperfección, la fragilidad y la potencialidad. Las famosas palabras de San Pablo “Mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad” (2 Co 12.9b) y “Llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios” (2 Co 4.7) son una guía a este respecto. Las santas y los santos no son super-heroínas y super-héroes que pueden hacer de todo, sino que, por el contrario, son personas que encarnaron/encarnan lo más profundo de nuestra humanidad, que no es perfecta, y que solo en su contacto con lo divino se potencia. América Latina testifica de innumerables santas y santos populares que encarnan precisamente esta “santidad desde el reverso”. Marcella se inscribe en esta tradición popular.
Marcella nació en Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina, el 11 de mayo de 1952. Si bien creció en la tradición Católica Romana, en su adolescencia conoció la Iglesia Evangélica Metodista Argentina. Inspirada por esa tradición, cursó estudios de teología en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET) en Buenos Aires, Argentina. Luego realizó su doctorado en la Universidad de San Andrés en Fife, Escocia.
Marcella es mayormente conocida por su teología indecente, que da título también a su primer libro publicado en el año 2000 en inglés y en el año 2005 en castellano. En ese libro afirma:
“El paradigma es un paradigma indecente, porque desnuda y revela sexualidad y economía al mismo tiempo. Para conocer nuestra sexualidad no sólo necesitamos una teología indecente que pueda alcanzar al núcleo de las construcciones teológicas, en la medida que éstas hunden sus raíces en las sexuales, también la necesitamos porque las verdades teológicas son moneda dispensada y adquirida en mercados económicos teológicos” (2005: 34).
En otras palabras, esta cita nos confronta con la materialidad de la construcción teológica, la cual está íntimamente relacionada a lo corporal, lo sexual y lo relacional pero que, debido a un proceso de hacer de la teología un elemento de decencia – entendiendo decencia como control y normatividad —, ha sido usado para espiritualizar esas áreas. Nada más lejos de la obra de Marcella. Para ella, la santidad no viene solamente por “oir la Palabra” (Ro 10.17), sino por nuestras propias experiencias, incluidas — o debiera decir, mayormente — nuestras experiencias sexuales:
“¿Por qué hacer una teología de historias sexuales? ¿No es demasiado particular o en exceso centrada en el «ámbito privado» de la persona? La respuesta es no, porque la sexualidad no se queda en la casa o en el dormitorio de un amigo, sino que penetra nuestra vida económica, política y social. La teología ha sido siempre un gran discurso teórico sobre heteronormatividad, que rige las relaciones sexuales en casa y en las esferas publicas de la vida” (2005: 188).
Una forma de hacer esto es poniendo en relieve las historias sexuales ya sea mediante la lectura de la Biblia desde lo sexual o a través de escuchar los relatos de los amantes como una revelación divina. La espiritualidad de Marcella se nos despliega como una religiosidad que encarna todo lo humano, no solo aquellas áreas consideradas socialmente como “decentes”. En esto, Marcella sigue fielmente a los Padres Capadocios, especialmente a Gregorio de Nacianzo (330-390 d.C.) quien afirma: “(…) lo que [Cristo] no ha asumido, no ha sido salvado, porque él ha salvado lo que ha asumido también en su divinidad” (Ep. 101). Una espiritualidad encarnada debe serlo también sexualmente. De lo contrario, la salvación no es efectivamente alcanzada. Marcella nos guía, pues, en pos de esta espiritualidad que no nos hace “cercenar” nuestra sexualidad sino todo lo contrario, ofrecerla como camino hacia la santidad. Su teología indecente es una verdadera teología queer que ha abierto las puertas de los armarios de nuestras tradiciones y prejuicios y nos llama proféticamente a salir fuera de ellos en pos de la liberación.
Prolífica escritora, docente y conferencista, Marcella publicó dos libros de su autoría, editó ocho colecciones en donde le dio la oportunidad a nuevas y nuevos pensadores para dar a conocer su producción académica, y publicó más de cincuenta artículos y capítulos en revistas académicas y libros. Sin embargo, a pesar de su incansable dedicación académica, Marcella siempre tuvo tiempo para nutrir su espiritualidad y cultivar sus amistades. Tuve el privilegio de conocer su obra cuando cursaba mi maestría en el Graduate Theological Union en Berkeley, California. Luego de nuestros primeros contactos, rápidamente nos hicimos amigos y siempre me sorprendí que en medio de su atareada vida académica, ella dedicara espacio importante para cultivar nuestra amistad. Fue ella quien me invitó a publicar mi primer artículo en una revista académica. Cuando el artículo fue publicado y le escribí para agradecer todo su apoyo, ella me contestó:
“Hugo, cuando yo estudiaba teología, por ser mujer y por pensar de manera diferente, mucha gente no logró comprenderme. Fue difícil. Me costó mucho progresar en mi carrera. Yo creo en tu trabajo, por eso lo apoyo. Cuando vos seas conocido, prométeme que harás lo posible para solidarizarte con otros que también estén como nosotros “en la lucha.” Solo así construiremos comunidad, solo así haremos liberación.”
En estas palabras comprendí por primera vez que Marcella no escribía desde su confortable silla de escritorio sino que “vivía su predicación,” que ella misma encarnaba cada una de sus palabras. Su vida siempre fue una constante lucha en medio de la cual nunca perdió la frescura de saber lo que es estar vivo y de que siempre hay posibilidad de que las cosas cambien para bien. Aunque en Argentina no encontró su espacio —bien dicen las Escrituras que nadie es profeta en su tierra (Mt 13.57)—, ella nunca dejó de lado sus raíces ni su alegría. Para quienes tuvimos el privilegio de conocerla, de una u otra manera, ese sentido de que la vida vale pena ser vivida, pero que para vivirla hay que lucharla, era una marca distintiva de su vida, fe, espiritualidad y obra, además de un aliciente en nuestra amistad.
El fallecimiento de Marcella el 20 de febrero de 2009 en Edinburgo, Escocia, dejó un vacío profundo tanto en su familia y en quienes la conocíamos como en el mundo académico donde su voz profética emergió como un ícono de las teologías queer. Marcella era mi querida amiga e integrante de mi comité doctoral en el Graduate Theological Union, aunque falleció un mes antes de la defensa de mi tesis doctoral. Han pasado años desde que ella no está más con nosotros y realmente la echo de menos. Echo de menos nuestras conversaciones, con esa mezcla de filosofía y risas, de profundidad intelectual y de sensibilidad ante las situaciones más humanas de la vida cotidiana. Siempre tuvo una palabra de consuelo para guiarme en mi formación académica. Siento que con su muerte emerge el mismo sentimiento que tengo al leer el testimonio de los Evangelios sobre la experiencia de las y los discípulos frente a la muerte de Jesús. Ese sentimiento cuestionador de por qué las personas buenas mueren pronto. Sin embargo, rápidamente me surge la conexión con la resurrección, no como un dogma que haya de ser creído y repetido porque simplemente me ha sido enseñado, sino porque es la esperanza que atesoro de que en Dios, de alguna manera, de algún modo, volveremos a vivir otra vez en comunidad. De esto Marcella supo escribir en su libro De la Teología Feminista a la Teología Indecente (2004):
“El hecho es que la resurrección de Jesús fue también un evento comunitario: mujeres y varones fueron testigos de como él volvió de la muerte, caminó entre ellos y continuó el diálogo que existiera antes de su crucifixión. Cada muerte cambia la vida de quienes sobreviven, porque algo de su humanidad les es removida. Por lo tanto es legítimo pensar que, comenzando con la resurrección de Jesús, toda una comunidad de personas que sufrió su pérdida cuando él fue crucificado, volvió a la vida. Sus ojos fueron abiertos en el sentido que la muerte cobró otro significado. La resurrección se transformó en paradigma, mostrándonos la durabilidad e indestructibilidad de la vida y de la justicia” (2004: 113)
Marcella demostró hábilmente en su teología indecente una espiritualidad que altera e interrumpe los dictados de la sociedad y sus contrapartes en las instituciones religiosas, mientras que trae a la conversación nuestras realidades e historias sexuales. Marcella, nuestra santa popular latinoamericana, nos invita a querificar y encarnar una espiritualidad que no se sorprenda de encontrar a Dios en la reflexion teológica de nuestras historias sexuales que — si bien son imperfectas — revelan nuestra humanidad completa, y que — si bien son indecentes — también son sumamente místicas. La propuesta de una espiritualidad sexualmente encarnada de Santa Marcella nos seduce a abrazar nuestra propia liberación.
¡Te extraño mucho, mi santa amiga!
Referencias
Althaus-Reid, Marcella (2004). From Feminist Theology to Indecent Theology. Londres: SCM Press.
Althaus-Reid, Marcella (2005 [2000]). La teología indecente: Perversiones teológicas en sexo, género y política. Barcelona: Bellaterra.
Gregorio de Nacianzo, Epístola 101.___
Hugo Córdova Quero, doctor en Estudios Interdisciplinarios en Religión, Etnicidad y Migración por el Graduate Theological Union en Berkeley, California, EE.UU. (2009), Magister en Teología Sistemática, Teoría Queer y Estudios Postcoloniales por el Graduate Theological Union (2003) y en Divinidad por la Universidad ISEDET en Buenos Aires (1998). Actualmente es profesor adjunto en el Starr King School for the Ministry (SKSM), en el Graduate Theological Union. Su apretada agenda incluye la redacción y traducción de artículos para el blog Santos Queer.
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Una versión en inglés de este artículo se puede encontrar en el blog Jesús in Love [Jesus enamorado] bajo el título: Marcella Althaus-Reid : Saint of a sexually embodied spirituality.
Enlaces para profundizar más sobre Marcella Althaus-Reid:
Teología Indecente: Perversiones Teológicas en Sexo, Género y Política
El Dios Queer
Desde Teología Feminista de Teología Indecente
Teología de la Liberación y la Sexualidad
Bailando la teología en botas fetiche: Ensayos en honor de Marcella Althaus Reid
Más libros de Marcella Althaus-Reid
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Enlaces relacionados:
Puede dejar un mensaje respetuoso o encender una vela en el siguiente sitio: Profesora Marcella Althaus-Reid - Obituario
Recordando a Marcella Althaus-Reid, "teóloga indecente" (Santos y Mártires Queer - y otros)
“En La Caminata: Remembering Marcella Althaus-Reid” by Alejandro Escalante (Indecent Theology blog)
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Esta entrada es parte de la serie Santos LGBT en el blog Jesus in Love [Jesús enamorado]. Ese blog presenta en las fechas adecuadas durante todo el año tanto santas y santos como mártires, héroes, heroínas y personas consagradas de especial interés para las personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (GLBTI) y sus aliadas y aliados.
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